Vendedor de Inspiración
Caminaba por plaza brasil, me detuve ante un letrero que decía; vendo inspiración!, tras el un añoso hombre miraba a las personas pasar. Era lo que andaba buscando!, le pregunté cuanto costaba, respondió; depende de la dosis!, le dije que necesitaba una sobredosis, miró para todos lados asegurandose que nadie nos estuviera viendo, y sacó del bolsillo de su chaqueta un antiguo y mal traído libro, me lo entregó y me dijo; si te falta inspiración mira a través de él, lo compré inmediatamente, lo escondí en mis pantalones, le cancelé, me marché y cuando llegué a casa lo abrí, pero estaba vacío, sin ninguna palabra.


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